DOCENTES QUE DEJAN HUELLA PARA SIEMPRE
Docentes que dejan huella para siempre
En el 2018, Cali terminó con una tasa de homicidios de 40 por cada 100.000 habitantes, la cual ha disminuido año tras año, pero que sigue siendo una cifra supremamente alta comparada con capitales de países como Ecuador y Chile, que tienen 7 por cada 100.000. Es urgente e imperioso disminuir estos indicadores, no podemos seguir siendo una sociedad donde los conflictos se solucionan eliminando físicamente al otro.
Por Esteban Ortiz
Presentación del libro DOCENTES QUE DEJAN HUELLA PARA SIEMPRE
editado por la Fundación Carvajal y la Fundación Scarpetta Gnecco. Cali, enero 2019
En el 2018, Cali terminó con una tasa de homicidios de 40 por cada 100.000 habitantes, la cual ha disminuido año tras año, pero que sigue siendo una cifra supremamente alta comparada con capitales de países como Ecuador y Chile, que tienen 7 por cada 100.000. Es urgente e imperioso disminuir estos indicadores, no podemos seguir siendo una sociedad donde los conflictos se solucionan eliminando físicamente al otro.
La violencia intrafamiliar es para
muchos el mal de males, pues es la base sobre la cual se construye el futuro de
las siguientes generaciones. Muchos excombatientes de las FARC, por ejemplo,
confesaron que salieron de sus casas huyendo del maltrato y resulta paradójico
que sea un escenario de guerra el lugar de refugio para olvidar la mala crianza
de la casa. Todos esperamos que sea el hogar el sitio donde se nos enseña a
convivir, donde el amor, la ética y la confianza sean los valores que se
transmiten a los nuevos integrantes de esta humanidad. Por desgracia, ni antes
ni ahora se están asimilando esos valores, más bien algunos padres siguen
criando a sus hijos como los educaron a ellos, preservando el abuso en todas
sus formas, llegando incluso a maltratar para educar mejor.
Frente a este panorama, debemos
trabajar incansablemente para que las familias asuman su papel formador, aprendan nuevas habilidades
de crianza que demuestren disciplina, pero sin castigo. Nuestro esfuerzo también va dirigido hacia la escuela, lugar al que están
llegando los niños a aprender a convivir juntos. Es la educación inicial donde
se dan las bases para construir la identidad personal y colectiva en conjunto
con otros, por otros y para otros. Es la escuela el espacio de la vida en donde
vemos al otro y tal vez logramos entender que ayudándolo a encarar sus
problemas, superaremos los propios. Es entonces la escuela de hoy,
preferentemente la de los primeros años y la pública -la de todos- la que está
llamada a reconstruir el país que queremos tener, es en ella donde los niños
están aprendiendo a estar con otros, a mediar sus conflictos y donde están
consolidando las bases de la nación que estamos siendo.
Así como no podemos esperar que el
mundo cambie y sea mejor, debemos ayudar por todos los medios posibles a las
escuelas a prepararlas para volverse los mejores lugares posibles para
convivir. Debemos edificarlas con las herramientas necesarias para que se
vuelvan el lugar preferido de los niños, donde ellos anhelen estar y promuevan
las mejores amistades posibles y que, claro está, encuentren en ella los
docentes memorables y las bases del conocimiento necesarias para seguir
creciendo. Es la escuela el espacio del estado -tal vez el único y último
posible- donde podemos tener la oportunidad de formar las nuevas generaciones
de caleños que anhelamos.
Este libro que tienen ustedes es parte
de una iniciativa colectiva, que confluye en una premisa: “todo lo que hacemos
a un niño o a una niña deja una huella para siempre”. Las autoras de este trabajo,
Ana Lucia Navia y Ana Maria Salazar, nos presentan un recorrido para entender
el papel protagónico que tenemos los maestros y los padres de familia
comprometidos con la crianza. Nos presentan a Braian, un niño producto de
muchos niños reales y posibles y es él quien nos inspira a seguir adelante,
pues tiene grandes anhelos: desea ser docente, quiere explorar mejores
prácticas educativas, pero es golpeado frecuentemente en su hogar.
Para poder asumir a tantos Braian en
las aulas, ellas nos redefinen la noción de MAESTRO en palabras que resumen las
habilidades formadoras necesarias: Modelar el Afecto, Emocionar el Saber,
Transformar las Relaciones y Organizar el mundo en el que vivimos. Nos
presentan de manera detallada cómo los docentes pueden cambiar el cerebro de
los niños. Esta nueva mirada neurocientífica es decisiva en el futuro de las
nuevas generaciones, ya que si los maestros nos convencemos que todo lo que
hagamos deja una huella para siempre en el cerebro de nuestros estudiantes,
podremos entender nuestro rol definitivo, trascedente y crucial en esta
sociedad que requiere un docente decidido, comprometido y responsable.
Con este material de libre distribución
se dan elementos básicos y necesarios para construir entre todos, empezando por
los docentes, unas condiciones de crianza y convivencia básicas para sobrevivir
como sociedad; para lograr este material, las fundaciones Scarpetta Gnecco y
Carvajal nos hemos unido para hacer de Cali un mejor lugar para educarnos.
Desde el 2016 estamos trabajando de manera conjunta una nueva arquitectura
social de colaboración, para desarrollar las habilidades socioemocionales
necesarias tanto en adultos como en niños; creemos firmemente en la escuela y
en las familias como espacios socializadores convergentes por excelencia. Nos
hemos unido por la buena crianza, para que la educación oficial y también la
privada se transformen para ser los lugares de encuentro apropiados y soñados.
Con este libro ratificamos nuestro
compromiso y movilización social para que la educación básica sea la plataforma
y el trampolín de las futuras generaciones de caleños hacia sus sueños, metas y
logros; así podremos ir pasando la página de esta generación violenta que nos ha
tocado vivir.
Cali, enero 15 de 2019
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