Fui Nicolás -El universitario inconforme-

Fui Nicolás

-El universitario inconforme-

 

Tocó salir a marchar. No nos gusta el país como está y muchos menos el que vislumbramos en el futuro. Llevamos un año en las casas y esta pandemia nos ha contenido nuestras voces de desespero, el país encerrado y en realidad, se ha venido cayendo por dentro. La gente no tiene cómo decir qué está pasando, y menos seguir subsitiendo. En mi casa sucede lo mismo, mi padre perdió el empleo, mi madre está desesperada pues no la llaman de su anterior empleo. Ahorros no hay, nos tocará comer al debe y sólo dos veces al día. Un primo político nos prometió que nos iba a ayudar con algo. 

 En el fondo se oye el canto: 

-       “Una mañana he despertado y hemos sacado al impostor..”

El gobierno de turno nos parece pésimo, en realidad todos nos han parecido malos, pero este es la tapa. Se nota que sólo quiere mantener el statu quo para sus amigos. A este gobierno, si que se le nota el amiguismo y sobre todo el deprecio por los pobres. Es como si no nos quisieran, si les estorbáramos, pero ¿qué van a hacer con tanta población que está en la pobreza? Y lo peor de todo es que la policía está rodeándonos, están ahí para que nos mantengamos callados, ellos saben que no lo haremos. En unos momentos, serán unos de verde atacando a tantos multicolores, tan pobres unos como los otros. 

Lo que está sucediendo es la antesala de las elecciones del 2022. Y no nos gusta lo que están diseñando para seguir gobernando, con esta reforma tributaria hipotecarán nuestro futuro. Quieren darle al pueblo un subsidio gratis para que voten por ellos después. Y para colmo, nos ponen a un ministro de economía que no sabe cuánto vale un simple huevo. En realidad es como si todos le importáramos huevo a este gobierno. 

En la U me enseñaron a resistir. A dudar de las inequidades, a extrañarnos de la riqueza de unos y de la pobreza de tantos. Y a la final no me parece que nos tengamos que contentar con tanta pobreza, con tanta exclusión, con tantos privilegios para unos y tan pocas oportunidades para muchos, esa es nuestra verdadera causa. Todos tenemos derecho a soñar, a construir el país que queremos habitar, no el que nos tocó, no queremos ser más conformistas, porque a este paso seguiremos siendo miserables todos, escarbar en el basurero para sobrevivir. 

Dada esa inestabilidad económica y con esta hartera de gobierno que tenemos, es que decidí unirme a las manifestaciones que empezaron el 28 de abril. Con la invitación de mi profe de la universidad, me fui a las calles, para estar con otros, nutrirme de su espíritu, de sus ganas de cambiar nuestra condición, a cantarle las verdades a este inequitativo presente.

En la marcha de hoy sábado se notó que estamos insatisfechos, pero lo dijimos en forma de canto, de grito de emoción que salió del alma. Sabemos que hay gente interesada en sabotear, en robar y hacer daño, nosotros no. Le cantamos a un país con la miseria que camina por sus calles. Un país que nos excluye de nuestro territorio y que nosotros, de manera enfática, le decimos estamos aquí. 

Al final de la marcha del día del trabajo, precisamente el primero de Mayo, le dije a mi amigo “Uy hermano, esto está grave, me han contado que hay muchos heridos por la represión militar. Voy a ir a mi casa a organizar una vaca para los caídos”. Juango me respondió: “Listo Nico, te ayudo en eso, te busco luego por la noche” En ese momento sonó algo. Yo también caí al suelo, la cara de pánico de JuanGo fue lo último que vi. 

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