Hoy Joaquín de Cayzedo y Cuero
En Cali - Colombia, su plaza mayor lleva el nombre en honor de un personaje local que murió peleando contra los españoles, los franceses y en general contra todos los tiranos de la época. Muchos reconocen el nombre de la plaza, pocos su historia. El personaje mencionado era hijo del Alférez Real, la persona más influyente de la región en los tiempos del dominio español.
Para entenderlo hoy, el Alférez Real era algo así como el alcalde, el juez, el jefe de las fuerzas armadas, el que regulaba la relación con la iglesia, el que tenía más tierras y esclavos y lo más importante en ese entonces, el recaudador de impuestos del Rey. Representaba a Carlos IV y todo su poderío hegemónico ante los súbditos de la región. Dicen que Santiago de Cali alcanzó a tener unos 15 Alférez Reales en su colonial historia española.
Precisamente a comienzos del revolucionario siglo XIX, el Alférez Real era don Manuel de Cayzedo y seguramente su hijo Joaquín sería el siguiente Alférez. Contrario a todo pronóstico, al sublevarse contra el yugo español de Popayán y Quito, el abogado Joaquín de Cayzedo y Cuero renunció a ese hereditario y aventajado título.
Recordemos el contexto. En la península ibérica de 1808, Napoleón se adueña de España, traiciona, derroca y exilia al Rey Carlos IV y a su hijo Fernando VII. En su lugar, pone a su hermano José “Pepe” Botellas a gobernar los extensos reinos, incluida la nueva granada. Dada esta situación de desgobierno, se genera una primera sublevación en el Reino de Granada, en realidad a favor del rey caído y en contra de Napoleón, quién supuestamente encarnaba la revolución francesa, los derechos humanos y la antimonárquica “republique”.
Conocedor de lo que pasaba, Francisco de Miranda, el gran ideólogo y promotor de la revolución americana, manda unas cartas a sus copartidarios donde les dice que deben aprovechar el alicaído momento monástico español para sublevarse de una vez por todas. Entre líneas planteó que España estaba débil y no había quien respondiera ante la independencia americana.
Dicho y hecho, en diferentes regiones se produjeron alzamientos en armas. La región del Valle del Cauca, gobernada siempre por su gran rio, estaba compuesta por una serie de Ciudades Confederadas conectadas con el gran afluente, en orden eran: Caloto, Cali, Toro, Buga, Cartago y Anserma, que en realidad de ciudades no tenían nada, más bien era unos pueblos o caseríos.
Volvamos a nuestro héroe de la independencia, Joaquín de Cayzedo. Organizó dichos emplazamientos y los invitó a derrocar al tirano de Popayán, a no seguir dando tributos a España, y menos a la península gobernada por los franceses. Dicen nuestros historiadores vallecaucanos, que en sentido profundo, pretendían no ser regido por nadie, quería autogobernarse y asumir el complejo mundo de ser autónomo y autodeterminarse.
Lo que la Historia Patria Vallecaucana cuenta, libro de Antonio Scarpetta, es que Cayzedo y Cuero aglutinó las ciudades confederadas, las primeras que declararon su libertad por medio de un acta, que durante décadas estuvo pérdida. Y, junto a un grupo de criollos, ayudados por Santa fé de Bogotá, organizaron a 1300 guerreros que ganaron la primera batalla de la independencia -la del Bajo Palacé- y fueron a tomarse a Popayán, expulsaron al tirano Miguel Tacón y Rosique, y cuando avanzaron hacia Pasto, fueron traicionados y entregados a las tropas españolas que venían de Quito a apagar dicha conflagración.
A orillas del volcán galeras en 1813, como escarmiento, Joaquín fue fusilado con otros 11 caudillos más. Por esta gesta es considerado el primer caleño prócer de la independencia de Colombia y, como lo dije inicialmente, la plaza principal de la ciudad “confederada” que lo vio nacer le rinde así un tributo, por su valentía, por su inusual arrojo, por dejar a un lado sus privilegios, por ser un mártir más de esta historia Colombiana llena de inmolados por sus pensamientos libertarios y de avanzada.
Hoy por hoy, por increíble que parezca a muchos, Joaquín de Cayzedo fue parte de una revolución que provino de la más alta clase social posible, quien antepuso su inmunidad española por la libertad de esta esquina suroccidental de la actual Colombia. Con su visión logró anticipar la sublevación general liderada por, el también privilegiado de cuna, Simón Bolívar y gracias a este par de “favorecidos” la historia Colombiana se cuenta distinta.
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