LA MENDICIDAD O LA AMBIGÜEDAD DE SER GENEROSOS
LA MENDICIDAD O LA AMBIGÜEDAD DE SER GENEROSOS
Parte 1.
Una de las mayores virtudes de una sociedad es el hecho de ayudar efectivamente a una persona que requiera de apoyo inmediato. Una calamidad doméstica, una adversidad social o una enfermedad intempestiva nos puede suceder de la noche a la mañana, y que bueno que alguien nos ofrezca su mano para salir adelante. La palabra “vecino” que se escucha por todos lados contiene este aprecio por una persona que en un momento dado puede prestarnos su ayuda. En muchos escenarios de la vida cotidiana es demostrable que los caleños ayudamos en momentos difíciles, somos una ciudad de grandes migraciones y eso ha sido vital a la hora de poder asentarnos en esta ciudad. Infortunadamente lo que es un valor social, se ha vuelto también una práctica desafortunada en muchos de los escenarios públicos de la ciudad.
Créanlo o no, la administración municipal ha ido construyendo un andamiaje cada vez más robusto para atender a todos los que tengan alguna desgracia social, una debilidad física o una adversidad puntual. Líneas de atención, centros descentralizados, oficinas de atención y órganos de control están disponibles para casi todas las desgracias sociales que nos puedan acontecer. La cruda realidad más bien es que no estamos acostumbrados a tener estados y mucho menos gobiernos que nos ayuden en los momentos adversos. Por increíble que parezca, en Cali existen secretarias especializadas como las de salud, bienestar o de paz, organismos del estado y órganos de control que desarrollan programas para sacar adelante a la población más necesitada y vulnerable de la ciudad.
En la ciudad no sólo existen vecinos que ayudan vecinos, sino también organizaciones sociales que con fondos propios, privados y a veces internacionales, ayudan a las personas en situaciones de emergencia y de alta vulnerabilidad social. Hoy una persona que requiera un apoyo especial encontrará personas que lo ayuden, funcionarios que le atenderán -a veces mejor, otras no tanto- e incluso organizaciones no gubernamentales especializadas pendientes de hacerlo, lo imprescindible es pedir ayuda a quien efectivamente nos pueda ayudar.
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