Las dos Marías

Las dos Marías
por Esteban Ortiz M.

Amanece en el Valle del Cauca, dos niñas, dos Marías con mucha energía despiertan a un nuevo día. Ambas comparten el haber nacido en Cali, una ciudad colombiana grande en población, y grande en migraciones. La urbe está ubicada al lado de la cordillera occidental, muy cerca de los farallones, tan cerca que su brisa es un referente obligado. Como en casi todas las ciudades latinoamericanas, es más fácil describir la ciudad en su topografía que en su composición social. 

María vive en un barrio cerca al colegio, donde estudia. Su mundo está lleno de oportunidades, de generosidad y de expectativas por su futuro. Por las mañanas, al despertar, ella siente y a la larga sabe que tiene un presente que le ofrece algunas comodidades.

A sólo unas cuantas cuadras de ahí y como si fuera otro mundo. María estudia en una institución pública un poco retirada de su casa, sus padres se dedican a buscar el sustento diario donde no siempre lo alcanzan. Esta mañana por ejemplo María no tomó el mejor desayuno, sino el que se pudo conseguir. Por las mañanas, al despertar, ella siente y constata que en este mundo existen necesidades.

Las Marías nacidas ambas al amanecer de una ciudad, cruzarán casi siempre por los mismos lugares, por los mismos territorios. Lo que no saben es que esta ciudad está llena de fronteras invisibles, donde la posibilidad de un encuentro entre ambas es poco probable. Estos centros urbanos están llenos de muros sociales donde se dan pocas oportunidades y muchos desafíos.

Las dos niñas comparten muchas cualidades, donde lo único que las diferencia es el tipo de educación que tienen. Esta única diferencia marcará desde entonces su existencia. Estas dos pequeñas, que en otros países compartirían una misma aula, en Colombia están muy alejadas la una de la otra, ya que en el país existen dos realidades educativas, las niñas que tienen el privilegio de acceder a una educación privada y de élite y las que no. Su futuro dependerá de que tanto se tiene acceso a oportunidades, si tuvieran las mismas estaríamos viviendo en una sociedad mucho más sostenible.


Paras las mentes de las Marías, que se irán  poco a poco abriendo a comprender el mundo, las preguntas sociales serán muy difíciles de responder. Las Marías no entenderán que el futuro que les espera estará condicionado a las comodidades que hayan tenido en su cuna, al amor de sus padres traducido en oportunidades y definitivamente y en mucha medida al centro educativo al que asistirán.

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