Visita a
un hogar infantil
Por Esteban Ortiz
Con algo de estupor los observé. Sus ojos eran cristalinos, más bien verdosos.
La mirada enajenada, casi ida, perdida entre todas las demás sensaciones.
Sin preguntarles por la comida se sabe que ha faltado durante días; lo
hambriento como tal ha desaparecido por las sucesivas veces que lo han sentido.
Qué paradoja. El estado ha decidido preservar a sus ciudadanos, sin darles
alimentación, los mantienen ahí, por esto los han llevado a conformar colonias
infantiles a modo de colmenas que los atiendan.
Qué ambigüedad. Los niños son el futuro de la
sociedad pero nos olvidamos de darles mayor protección.
La vida es un suspiro para estos pequeños habitantes.
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