Parte 2. La mendicidad como modo de vida

Con este marco social, en donde existen diversos niveles de asistencialismo, el MIO cada vez más, se ha venido exponiendo a usuarios que aparecen pidiendo dinero no sólo a cambio de productos, sino a cambio de plegarias y hasta canciones. La situación se vuelve compleja cuando las mismas personas, una y otra vez, empiezan a pedir dinero todo el tiempo, sin importar hora, día o congestión. El lugar preferido para hacerlo son los articulados, los cuales tienen el segundo vagón el lugar donde el conductor no alcanza a verlos.

Este proceder que al parecer pasa desapercibido, no lo es para las cámaras de seguridad, ni por el personal de seguridad especializado del MIO quienes empiezan a detectar un comportamiento común y frecuente, y es que el mismo sujeto vuelve día tras día a pedir por lo mismo una y otra vez. Y lo que no sabe el ciudadano sensible es que esa persona, aparentemente en desgracia, es que su presencia se vuelve recurrente y algunas pasan a ser propiamente mendigos.

Infortunadamente luego de la publicación del manual de convivencia en enero de 2014 se desató una mayor mendicidad en el MIO. No sabemos si ese comportamiento fue alentado por desconocimiento de la norma o por el deseo de violarla. Lo que sí sabemos es que mientras haya ciudadanos dispuestos a dar su dinero, la mendicidad se volverá una opción de trabajo con todo un aval social, en donde las desgracias se contagiarán días tras día, bus tras bus, estación tras estación. Cali será el destino predilecto del resto de la región para mendigar. 


Lo que fue diseñado como un nuevo escenario público para los caleños está ahora invadido por intereses particulares. Lo mismo que le sucedió a los espacios del centro de la ciudad, donde unos cuantos se apropiaron del espacio de todos, empieza a vivirlo sistemáticamente el sistema de transporte masivo. Frente a esta oleada social, ciudadanos preocupados esperan con toda razón acciones contundentes de las autoridades, lo que no se alcanzan a imaginar estos ciudadanos es que cuando aparece la policía o el ente de control ciudadano, muchas personas interceden a favor del infractor, quien se vuelve rápidamente víctima. 

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