¿Para qué escribo?

¿Para qué escribo?
Por Esteban Ortiz

¿Para qué escribo yo? 
¿Por qué lo hacen los escritores? 
Al fin creo entenderlo.

Escribimos porque estamos cansados de fingir. La escritura es la herramienta por excelencia de la sinceridad. Por ende, garabatear ideas es continuar esa relación con nosotros mismos, con nuestras claridades y también con nuestros desafueros.

Algunos idealistas plantean que escribir es dejar huella, dar cuenta de recorridos, para cerrar ciclos. Eso es cierto, pero quiero ir más allá. La escritura es también una manera de satisfacernos, de proyectar lo que pensamos y de realizar lo que queremos.

Para el escritor de oficio escribir es emocionarse. Para él sentarse frente a una página en blanco es una fuente de emociones profundas. Verter la tinta sobre un lugar blanco e inmaculado lleva a sensaciones inexplicables. Juguetear con el teclado, acariciar las imágenes que sobresalen y ver aparecer frases suscita experiencias del todo inexplicables. A la larga escribir es también ver la emergencia del eterno ego, aquel que nos seduce, como Narciso frente a su estanque. 

Aunque prefiguro que con la escritura no sólo se habla de lo que se siente, también sirve para fluir, para dar línea, para poner el foco. Con la escritura se construye el futuro y se planea lo que se quiere. La escritura, al igual que los antiguos griegos, nos permite consultar el oráculo y ver qué va a pasar con nuestros designios. Para el escritor, al igual que para el caminante, escribir es mirar más allá y tratar de predecir su próximo paso, su nueva frontera.

Entendí entonces que la escritura es para conquistar otros mundos, atraer lectores y crear nuevas relaciones, es básicamente buscar a otro que comparta las ideas, los momentos, las situaciones. La escritura es y será siempre coger una botella, introducirle una nota y esperar que alguien en una isla -ojala no muy lejana- pueda leer, vivir y releer lo que uno piensa. Al fin y al cabo, la necesidad del encuentro es lo que añora el escritor, su fuente inagotable de deseos.

Ya que descubrí que la escritura es puro pretexto, ¿por qué no me cuentas lo qué piensas?

Cali, enero 18 de 2016.


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