“Corre, corre, huye por tu vida”
“Corre, corre, huye por tu vida”
de la serie Relatos demasiado cortos
Por Esteban Ortiz
- “Corre, corre” gritaba su madre.
Una voz fémina grita –“Imagínense yo una puta. Por qué no pensó en
alguien diferente. Por qué no puso a su misma madre, ¿dónde está ese escritor?”
preguntaba Amaranta.
-“Por lo menos a ti te dejó en la tierra ¿qué tal a mi enviarme a
los cielos? Me condenó a una vida aburrida. Malnacido ese” increpó Remedios
la Bella.
En la plaza, Aureliano se compadecía, sin entender muy bien su
triste desenlace: “¿Fusilado yo? ¿Mi muerte así? ¿Qué hice yo para merecer este final?”.
La multitud de personajes fueron sumándose y creciendo en
inconformidad. Una voz con autoridad sobresale y aglutina a la turba “Es
nuestra oportunidad de redimirnos. No hay derecho de que este escritor nos haya
puesto en semejante situación. ¡Es ahora o nunca!”.
Mientras tanto Gabriel García Márquez ignoraba que volver a esta
ciudad le traería la furia no sólo de los personajes de sus novelas, sino
también la de su congéneres muertos. De repente la voz de su padre sobresale de entre
todas las demás:
“¿Dónde está ese hijo mío que ha desdeñado por años nuestro
apellido? ¿Dónde está quién siempre quiso cambiar su apellido García por el de
Márquez?”.
A lo lejos se seguían oyendo las letanías de su madre, Luisa Santiaga:
- “Corre Gabito, corre. Huye por tu vida".
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