Los nuevos signos de la emoción
Los nuevos signos de la emoción
:)
= J
Hace unos años ¿quién se iba a imaginar que los puntos : y
los corchetes ( ) podían juntarse y producir una carita feliz J o una triste :( ?
Cada vez vemos que la necesidad de contar sentidos y
emociones nos están llevando a recurrir a signos que eran exclusivos de otras
disciplinas, como el :, el ; (. Este sutil cambio de orientación y de sentido
ha llevado a la comunicación a nuevos niveles, ahora el autor puede decir no
sólo lo que piensa sino también lo que siente. Dos puntos y corchete
es el inicio de una masiva irrupción de signos que harán del lenguaje un
territorio vital, emotivo, cargado de símbolos y de significaciones.
Dos puntos y corchetes son una nueva revolución en la
escritura, como la invención de la imprenta, la aparición de los signos de
puntuación y la evolución del teclado.
Para uno como autor, los dos punto y corchete (:) son la
intención que quiere dársele al texto, es la manera como se acompaña una idea y
se le da significado y emoción. No es esto lo que significó la aparición de la
imprenta, para poder leer masivamente lo que algunos produjeron. No es esto lo
que el autor quiso decirle a sus lectores y que luego vio necesario poner unos
símbolos que luego llamaríamos signos de puntuación.
Estamos ante el desplazamiento de los signos de admiración
por los signos de emoción. Ahora no sólo habrá que enseñar el signo de
admiración “¡!”, el cual siempre fue muy general y abstracto, sino que habrá
que ampliarlo para todos los signos de emoción que están emergiendo.
Dentro de pocos años empezaremos a ver en el teclado de los
computadores, celulares y tabletas estos símbolos emotivos que harán de la transmisión de
ideas una continua enunciación de sentido. Considerando, eso si, que el teclado
siga siendo el utensilio que usemos. Ya las tablas hacen que el teclado empiece
a ver de nuevo la aparición de la caligrafía. Como estaría de contenta mi
profesora de segundo de primaria que me repetía hasta la saciedad que escribir
bonito era muy importante.
La vitalidad de nuestros textos es la viva expresión de
nuestra emoción, y el rostro humano su territorio. Los textos que producimos
son la búsqueda del otro y por eso si el lector pudiera ver nuestras facciones,
gran parte de la función del mensaje se daría. Nuestro semblante es un
territorio comunicativo, toda nuestra cara está diseñada para captar la
atención del otro. Nuestros gestos viajan a nanosegundos, nuestra voluntad un
poco más lenta. ¿Qué encerramos detrás de un gesto? ¿Qué buscamos transmitir con
una mueca?
Sin duda todo nuestro rostro refleja lo que pensamos y
sentimos, si pudiéramos generar un fotograma continuo de nuestras reacciones
habría muchísimos gestos de los cuales no somos conscientes y nuestro auditorio
sí. En nuestras señas reflejamos lo que sentimos, al menos que
seamos actores muy buenos para fingir, la realidad es que nuestro
rostro refleja un gran universo comunicativo completo.
A modo de síntesis, a nuestros textos, hoy en día, le estamos
imprimiendo caras que reflejan la emoción del autor. Los dos puntos y corchete
se están volviendo una herramienta muy usada y eficaz para producir nuevos
métodos de comunicación. ¿Cómo será entonces la escritura del futuro, donde las
emociones del escritor primarán?
Cada vez vemos que la necesidad de contar sentidos y
emociones nos están llevando a recurrir a signos que eran exclusivos de otras
disciplinas, como el :, el ; (. Este sutil cambio de orientación y de sentido
ha llevado a la comunicación a nuevos niveles, ahora el autor puede decir no
sólo lo que piensa sino también lo que siente. Dos puntos y corchete
es el inicio de una masiva irrupción de signos que harán del lenguaje un
territorio vital, emotivo, cargado de símbolos y de significaciones.
Dos puntos y corchetes son una nueva revolución en la
escritura, como la invención de la imprenta, la aparición de los signos de
puntuación y la evolución del teclado.
Para uno como autor, los dos punto y corchete (:) son la
intención que quiere dársele al texto, es la manera como se acompaña una idea y
se le da significado y emoción. No es esto lo que significó la aparición de la
imprenta, para poder leer masivamente lo que algunos produjeron. No es esto lo
que el autor quiso decirle a sus lectores y que luego vio necesario poner unos
símbolos que luego llamaríamos signos de puntuación.
Estamos ante el desplazamiento de los signos de admiración
por los signos de emoción. Ahora no sólo habrá que enseñar el signo de
admiración “¡!”, el cual siempre fue muy general y abstracto, sino que habrá
que ampliarlo para todos los signos de emoción que están emergiendo.
Dentro de pocos años empezaremos a ver en el teclado de los
computadores, celulares y tabletas estos símbolos emotivos que harán de la transmisión de
ideas una continua enunciación de sentido. Considerando, eso si, que el teclado
siga siendo el utensilio que usemos. Ya las tablas hacen que el teclado empiece
a ver de nuevo la aparición de la caligrafía. Como estaría de contenta mi
profesora de segundo de primaria que me repetía hasta la saciedad que escribir
bonito era muy importante.
La vitalidad de nuestros textos es la viva expresión de
nuestra emoción, y el rostro humano su territorio. Los textos que producimos
son la búsqueda del otro y por eso si el lector pudiera ver nuestras facciones,
gran parte de la función del mensaje se daría. Nuestro semblante es un
territorio comunicativo, toda nuestra cara está diseñada para captar la
atención del otro. Nuestros gestos viajan a nanosegundos, nuestra voluntad un
poco más lenta. ¿Qué encerramos detrás de un gesto? ¿Qué buscamos transmitir con
una mueca?
Sin duda todo nuestro rostro refleja lo que pensamos y
sentimos, si pudiéramos generar un fotograma continuo de nuestras reacciones
habría muchísimos gestos de los cuales no somos conscientes y nuestro auditorio
sí. En nuestras señas reflejamos lo que sentimos, al menos que
seamos actores muy buenos para fingir, la realidad es que nuestro
rostro refleja un gran universo comunicativo completo.
A modo de síntesis, a nuestros textos, hoy en día, le estamos
imprimiendo caras que reflejan la emoción del autor. Los dos puntos y corchete
se están volviendo una herramienta muy usada y eficaz para producir nuevos
métodos de comunicación. ¿Cómo será entonces la escritura del futuro, donde las
emociones del escritor primarán?
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